“¡Ánimo! Soy yo, no tengan miedo”. —Mateo 14:27 (Biblia El Mensaje)
Imagina por un momento que estás en medio de una tormenta. No una tormenta cualquiera, sino una que parece que va a hacer pedazos todo lo que tienes alrededor. La barca se tambalea, el viento ruge y las olas amenazan con hundirla. ¿Qué harías?
Ahora, añade algo aún más desconcertante: una figura aparece caminando sobre el agua hacia ti. Sí, sobre el agua. ¿Cómo reaccionarías? Los discípulos gritaron aterrados: “¡Es un fantasma!” Pero entonces esa figura misteriosa les habla: “¡Ánimo! Soy yo, no tengan miedo”.
Jesús no sólo calmó la tormenta esa noche, también calmó sus corazones. Porque cuando Jesús aparece en medio del caos, siempre trae paz.
Piénsalo: ¿cuántas veces te has sentido como en una tormenta? Quizás la vida ha sido difícil, las noticias desalentadoras o tus propias luchas internas demasiado grandes para manejar. Pero aquí está la verdad que cambia todo: Jesús está contigo. Te dice hoy lo mismo que les dijo a los discípulos: “¡Ánimo! Soy yo, no tengas miedo.”
Se asustaron mucho. —¡Es un fantasma! —gritaron aterrorizados.
Jesús se apresuró a calmarlos. —¡Ánimo! Soy yo, no tengan miedo.
El miedo puede paralizarte. Puede hacerte sentir pequeño y derrotado. Pero no es el miedo lo que Dios quiere que tengas. Él desea que camines en el temor del Señor, no con terror hacia Él, sino con reverencia y confianza total en su poder y amor.
¿Recuerdas a María Magdalena? Incluso cuando todo parecía perdido tras la crucifixión, ella corrió hacia Jesús. Su amor y devoción la llevaron a ser la primera en ver al Salvador resucitado. Así de cerca quiere Jesús que estés de Él.
Hoy, Jesús te llama por tu nombre. Sí, a ti. En medio de tus tormentas, de tu caos, Él está ahí, firme, caminando contigo sobre las aguas. Su presencia te da la valentía para enfrentar cualquier desafío, para proclamar como María: “¡He visto al Maestro!”
Aplicación práctica:
¿Qué tormenta estás enfrentando hoy? Tómate un momento para invitar a Jesús a tu situación. Imagina que Él te extiende la mano y te dice: “No tengas miedo, yo estoy contigo.” Haz una lista de tus miedos y déjalos a los pies de Jesús. Recuerda que no tienes que enfrentarlos solo.
Oremos juntos:
Querido Padre celestial, gracias por estar conmigo en cada tormenta de mi vida. Ayúdame a escuchar tu voz por encima del ruido del caos y a confiar en que Tú tienes el control. Lléname de tu paz y dame la valentía para caminar contigo, aun en las aguas más profundas. En el nombre de Jesús, amén.
Que tengas un 2025 muy bendecido.
Sergio Daldi
CEO & Presidente Grupo Nivel Uno Casa Creacion
Cuando el miedo golpea, escucha su voz.
Mateo 14:24-33, en la Biblia El Mensaje (la cual estará a la venta en octubre de 2025) dice:
24-26 Mientras tanto, la barca ya estaba bastante lejos de la orilla cuando comenzó a soplar un viento contrario y se levantaron olas que la zarandearon. A eso de las cuatro de la mañana, Jesús se dirigió hacia ellos caminando sobre el agua. Se asustaron mucho.
—¡Es un fantasma! —gritaron aterrorizados.
27 Jesús se apresuró a calmarlos.
—¡Ánimo! Soy yo, no tengan miedo.
28 Pedro, con una audacia repentina, dijo:
—Señor, si realmente eres tú, llámame para que vaya hacia ti caminando sobre el agua.
29-30 —Ven —dijo Jesús.
Pedro saltó de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús; pero cuando miró las olas que se agitaban bajo sus pies, tuvo miedo y comenzó a hundirse.
—¡Señor, sálvame! —gritó.
31 Jesús no dudó. Se agachó y le agarró la mano. Luego le dijo:
—¿Qué te pasa, cobarde?
32-33 Entonces los dos subieron a la barca y el viento se calmó. Los discípulos que estaban allí, después de haberlo visto todo, adoraron a Jesús y exclamaron:
—¡Verdaderamente eres el Hijo de Dios!
Muchas gracias porque su mensaje me salvó la vida para encontrarme con El Señor Jesús. El Espíritu Santo me guió a este material. Gracias por dejarse usar por Dios.
Hay momentos en la vida cuando hay que sujetarse muy fuerte del brazo del Señor Jesucristo y decirte, todo va estar bien, no temerá mi corazón aunque contra mi se levante guerra, porque él está conmigo.
Excelente. No tengo miedo.
Es maravilloso y muy importante saber que Jesús siempre está conmigo...
Amén